Cada 15 de noviembre se celebra el Día Mundial Sin Alcohol, fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca concientizar e informar sobre los daños físicos, psicológicos y sociales que provoca el consumo del alcohol. Los datos mundiales son alarmantes en cuanto a consumo desmedido y el impacto que tiene para quien consume, pero también en terceros. Según un estudio realizado por la OMS en 2019, en ese año fallecieron 2.600.000 de personas como consecuencia del consumo de alcohol. ¿Más datos revelados? Se estima que 400 millones de personas, es decir, el 7% de la población mundial de 15 años o más, vive con trastornos por consumo de alcohol. De esta cifra, 209 millones de personas (el 3,7% de la población mundial adulta) vive con dependencia del alcohol. El consumo de alcohol afecta de manera desproporcionada a los jóvenes de 20 a 39 años, y este grupo de edad concentró el mayor porcentaje (13%) de muertes atribuibles al alcohol en 2019. El mismo informe señala, que si bien el consumo de alcohol inclusive en niveles bajos puede conllevar riesgos para la salud, la mayoría de los daños relacionados con el alcohol provienen de un consumo excesivo de alcohol, ya sea episódico o continuo.
LA SALUD Y EL ALCOHOL
El alcohol y las bebidas alcohólicas tienen etanol que es una sustancia psicoactiva y tóxica cuyas propiedades pueden producir dependencia. Según se detalla en el portal de la OMS, se ha constatado que el consumo de alcohol se encuentra entre las causas de más de 200 enfermedades, traumatismos y otros trastornos de la salud. Además, está asociado al riesgo de que aparezcan enfermedades no transmisibles como enfermedades hepáticas, enfermedades cardíacas y distintos tipos de cáncer, así como también trastornos de salud mental y del comportamiento como la depresión y la ansiedad. A largo plazo, unos niveles nocivos y peligrosos de consumo de alcohol pueden provocar problemas sociales, familiares, en el trabajo, financieros y la pérdida del empleo.
ALCOHOL Y TRABAJO
El consumo de alcohol no escapa a ningún ámbito y el trabajo es un lugar en el cual pasamos muchas horas y donde llevamos todo lo que somos, incluso una posible adicción al alcohol. Hay que saber también que nuestras acciones en la noche anterior con el alcohol pueden tener impacto al día siguiente. Por eso, tener buenos hábitos y una rutina libre de alcohol es mandatorio para un buen desempeño laboral. ¿Qué riesgos genera en el trabajo? ¿Cómo afecta la memoria y la concentración? ¿Qué relación existe entre alcohol y ausentismo laboral? ¿Cómo influye el alcohol en la toma de decisiones? Lo primero que hay que saber es que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central, esto quiere decir que ralentiza la forma en la cual funciona nuestro cerebro. Incluso pequeñas cantidades pueden afectar la capacidad de pensar con claridad, resolver problemas y mantener la concentración. Por otro lado, si la noche previa a una jornada laboral bebemos en exceso y esto nos lleva a descansar mal, al día siguiente podemos experimentar cansancio, somnolencia e irritabilidad, entre otros síntomas. Y también puede provocar ausentismo laboral.
El riesgo de ingerir alcohol se multiplica en industrias que implican trabajo manual, línea de producción o conducción de maquinaria pesada, ya que la falta de coordinación o lentitud en los tiempos de reacción que da la ingesta de alcohol puede provocar serios riesgos para la seguridad.
Detallamos el impacto de combinar alcohol y trabajo:
- Menor productividad y rendimiento. La ingesta de alcohol puede bajar los niveles de concentración, la memoria y la coordinación.
- Ausentismo laboral. El consumo la noche previa nos puede indisponer para el día siguiente.
- Problemas de salud. A largo plazo el consumo sostenido de alcohol se relaciona con una mayor prevalencia de varias enfermedades.
- Multiplicación del riesgo de accidentes laborales. El consumo de alcohol en el trabajo aumenta de manera elevada los riesgos de accidentes sobre todo en los momentos en que el trabajador se desplaza entre su domicilio y la empresa, como en el manejo de maquinaria o conducción de vehículos laborales.
Con el tiempo la ingesta de alcohol también lleva al deterioro de las relaciones con el equipo. Por todo lo expresado, alcohol y trabajo no son compatibles.
EL ROL DE LAS ORGANIZACIONES
¿Qué medidas pueden implementar las empresas para prevenir? Se pueden realizar distintas acciones como talleres o charlas de concientización, ejercicios de team building, etc. Y claro, las organizaciones tienen que ser congruentes con lo que predican. ¿A qué nos referimos? Por ejemplo, a no realizar almuerzos laborales donde se ofrezca alcohol o eventos luego de la jornada donde se pregone la ingesta desmedida.
ALCOHOL AL VOLANTE
El consumo de alcohol no solo causa daños importantes a la persona que lo consume, sino también a otras personas. Una parte importante de la carga de morbilidad atribuible al consumo de alcohol se debe a traumatismos como los que se dan en los accidentes de tránsito. Es decir, que tiene un importante efecto social. Según estudios de la Agencia Nacional de Seguridad Vial de la Argentina (ANSV), 3 de cada 10 jóvenes conductores admite haber manejado bajo los efectos del alcohol y ese número se refleja en las estadísticas viales que dan cuenta que la mayor cantidad de víctimas fatales en siniestros de tránsito evitables son jóvenes de entre 15 y 34 años de edad.
Conducir bajo los efectos del alcohol provoca:
- Falsa sensación de seguridad y exceso de confianza, por lo que se pueden tomar malas decisiones como exceder la velocidad
- Afecta la visión, disminuyendo la claridad y la percepción de obstáculos en el camino
- Pérdida del equilibrio y control sobre los propios movimientos
- Ralentiza las reacciones y maniobras
Por todo esto es fundamental la prevención y una conducción responsable. Solo de esa manera podremos evitar miles de accidentes de tránsito. ¡Cero alcohol al volante!
Fuentes: Organización Mundial de la Salud (OMS) y Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
