MANTENER LOS CONFLICTOS “PEQUEÑOS”

MANTENER LOS CONFLICTOS “PEQUEÑOS”

Cerca de tu Negocio  -  13/01/2020

Claves para evitar que los conflictos suban de escala.

Es un hecho innegable: en todos los ámbitos de la vida existen conflictos entre las personas. El tema es ver cómo los manejamos y qué hacemos para que esos conflictos diarios no escalen hasta puntos inimaginables. Según explican los especialistas, cuando hay un “pequeño” conflicto, muchas veces, las emociones se apoderan y estos conflictos evolucionan rápidamente convirtiéndose en batallas por ganar. ¿La clave para que esto no suceda? Entender que la mayoría de los conflictos se resuelven en base a pequeños detalles, y que los conflictos de relación, a veces no se resuelven, sino que se aprenden a manejar para vivir con ellos de manera armónica sin afectar la relación entre pares. 

A continuación, compartimos 4 consejos para que los pequeños problemas no se conviertan en una bola de nieve: 

 

  1. Evitar mencionar otros problemas. Mantenerse enfocado en los temas en cuestión y comprender el punto de vista de cada integrante al respecto. Tratar de identificar el interés único debajo de la queja o la inquietud. Expresarse de manera clara y simple y tener turnos para hablar escuchando cada postura. 
  2. Concentrarse más en soluciones futuras que en el pasado. El pasado no se puede cambiar y, a menudo, las personas ni siquiera pueden ponerse de acuerdo sobre lo que sucedió hace 10 minutos. Es mejor centrarse en el futuro y en lo que realmente puede hacerse al respecto en el presente. Por ejemplo: un compañero del trabajo que nunca responde los correos que le enviamos. En vez de reclamar, proponer alternativas. “¿Qué herramienta te sirve para seguir los temas? Cuando te escribo me gusta recibir respuesta. ¿Te parece que ideamos un formato que nos sirva a ambos?
  3. Evitar atraer a otras personas. En general, lo mejor es involucrar a la menor cantidad de personas posibles. Cuando se agrega a un tercero en el conflicto es probable que la otra persona se sienta atacada y a la defensiva. Si, por algún motivo, tenemos la necesidad de involucrar a alguien más hacerlo con alguien que sea una persona que invite al diálogo y proponerle a la otra persona que también cuente con alguien de apoyo presente. La idea es sumar personas que puedan aportar un enfoque de soluciones. Si no, mejor evitarlo. ¿Un claro ejemplo en el ámbito laboral? A veces se da que varias personas quieren confrontar a un compañero de trabajo o jefe por algún problema con su comportamiento. Pero esto, en vez de ayudar seguramente aumente su resistencia a escuchar y resolver problemas. Es mejor que una persona vaya en representación del resto. 
  4. Evitar relacionarse con personas de alto conflicto. Las personas con alto conflicto se caracterizan por iniciar o aumentar los conflictos haciendo todo lo contrario a lo que venimos diciendo. Incluso, parece que lanzan continuamente desafíos para ver quién se engancha emocionalmente a discutir con ellos. Es muy tentador responder de esta manera, especialmente cuando se ve cuán absurdas son las cosas que dicen. Pero hay que entender que no vamos a cambiar cómo piensan. Por eso, es mejor no engancharse y dejarlo pasar; finalizar la discusión cambiando de tema o yéndonos. De lo contrario, puede ser como meternos en arena movediza en un conflicto innecesario. 

 

Tener templanza para no engancharse nos lleva a vivir una vida sin tanta tensión y sobresaltos. La armonía siempre es mejor compañera que las discusiones y los conflictos. Usemos nuestros recursos y tiempo asertivamente. 

 

Fuente: Psychology Today

 

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