NECESIDAD DE REUNIRNOS

NECESIDAD DE REUNIRNOS

Calidad de Vida  -  02/10/2020

Qué significa el encuentro con el otro en nuestra cultura.

Las personas somos seres sociales y de eso no hay duda. Nos gusta reunirnos, compartir experiencias, momentos de encuentros con los otros. Y en la idiosincrasia argentina esos encuentros, además, forman parte de nuestra columna vertebral, quizás como en pocos lados del mundo. Podríamos decir, incluso, que es casi lo que nos define. Nuestros planes siempre giran en torno al encuentro con el otro: el asado de domingo, la reunión para tomar algo a la salida de la oficina, la comida de todos los jueves con nuestros amigos del alma. Es más, nuestra infusión predilecta, el mate, habla de rondas, encuentros y mates compartidos. Hoy la forma de encontrarnos cambió y eso nos pesa. ¿Por qué tenemos la necesidad de reunirnos y qué significa el encuentro? Según explica Victoria Álvarez, licenciada en Psicología (MN: 41.074) docente de la Institución Fernando Ulloa, el ser humano nace con una dependencia vital al otro, es decir, necesita de su cuidado para sobrevivir. Pero también, para constituirse subjetivamente, es necesario que esto suceda con otros entre los cuales saberse parte y a la vez diferente. “El entusiasmo y la búsqueda de reunirnos se deben a que se nos hace necesario que nuestra vida, nuestra historia, sea reconocida por quienes nos rodean, en tanto como compañeros de la experiencia o como testigos de nuestros relatos. El encuentro con los otros funciona como una hoja donde las experiencias se van inscribiendo como historia para cada sujeto. Y de esa manera, se van reelaborando”, argumenta la profesional.

Por otro lado, Álvarez asegura que compartir momentos también funciona como distensión, como una especie de distracción de lo rutinario del día a día. Una función de corte que a veces no resulta fácil hacer por la vorágine cotidiana o por la comodidad que instala la rutina. “El proyecto de una reunión funciona como organizador de los días y de la libido. El lazo al otro provoca una salida del propio narcisismo al disponernos al intercambio”, detalla.

 

QUÉ HACER HOY ANTE UN NUEVO ESCENARIO

En esta realidad el encuentro con el otro como lo tenías incorporado no es posible. Hay que resignificarlo y encontrarle la vuelta para seguir llenando ese espacio tan importante para nosotros. Y acá, Álvarez destaca algo muy importante: el solo hecho de compartir un espacio no garantiza que se produzca encuentro. Un encuentro implica algo más: una satisfacción como plus que se llevan las personas que forman parte del encuentro. Ese regocijo que se siente cuando se disfrutó de la experiencia. Por eso un encuentro puede durar horas, o tan solo unos minutos. Puede implicar una reunión presencial o darse en una videollamada, en un mensaje de texto o al compartir una película.

Hoy donde el distanciamiento social sigue siendo la medida más adecuada para evitar la propagación del virus debemos estar más atentos para disponernos al encuentro, forzando a veces esa primera barrera narcisista que nos deja en la comodidad de no hacer esfuerzos. “Cada persona encontrará sus posibilidades de acción, pero aprovechar los dispositivos virtuales en los modos y en los tiempos de cada uno, hacer de un paseo al aire libre un momento de intercambio o hacer llegar algún presente; son opciones que nos sacan del encierro no solo edilicio sino, sobre todo, subjetivo. Tener en el horizonte el encuentro cercano, el abrazo, el contacto estrecho, se hará más soportable si ubicamos un modo de estar con otros, con los recursos posibles de cada momento”, concluye.

 

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