INICIAR UNA TRANSFORMACIÓN DIGITAL

Automatizamos un par de procesos, renovamos algo de tecnología y “pum” entramos con nuestra empresa en la transformación digital y estamos listos para alcanzar el éxito. Este razonamiento es un trampa en la que muchos caemos. Pensar que cualquier acción hará un cambio radical. “Muchas organizaciones creen erróneamente que la transformación digital es un proceso que se ancla solo en la incorporación e implementación de nuevas tecnologías y en el deseo de realización. Si bien estos dos aspectos son fundamentales y parte intrínsecas del proceso digital, por si solos no lograrán llegar a buen puerto de lo que verdaderamente es una transformación digital, que parte de las personas y atraviesa la cultura de la organización. La tecnología tiene el rol de ‘partner crítico’ del proceso, pero no principal del mismo. Es decir, que la tecnología brindará el sustento para que las personas con una nueva lógica o paradigma organizacional –que denominamos mindset digital–, sean capaces de maximizar los resultados de la inversión en tecnología y hacer que estos cambios sean sustentables en el tiempo”, explica el ingeniero Santiago Battan, especialista experto en transformación digital de Identidad Argentina.

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MÁS QUE UNA MODA, UNA REALIDAD INSOSLAYABLE

Todo lo vinculado a la transformación digital claramente está de moda, pero es mucho más que eso. Es la posibilidad de que las empresas subsistan en un mercado VUCA, un acrónimo utilizado para describir la nueva realidad mundial donde la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad de condiciones son moneda corriente y hacen, incluso, que compañías desaparezcan por no adecuarse a las nuevas condiciones

Tenemos que entender que la transformación digital ha dejado de ser una posibilidad u oportunidad para convertirse en una necesidad organizacional. Por supuesto, que no toda empresa debe o puede hacer esta transformación de la misma manera, con los mismos tiempos y tampoco invirtiendo lo mismo en el proceso. Por esto, es clave la planificación del proceso y saber cuál es el statu quo actual de la empresa para saber dónde estamos y a dónde queremos llegar. “Ingresar en el mundo de la transformación digital es comenzar a entender cómo la tecnología nos puede ayudar a hacer las tarea que hoy realizamos, pero de manera más eficiente, con mejores costos y con capacidad de crecer de manera exponencial con los resultados. También, cómo podemos ser sustentables en un mercado que se ha globalizado, cómo podemos abrirnos a nuevos mercados pensando en la Omnicanalidad y como nuestros consumidores de servicios o productos tienen una mejor experiencia consumiendo nuestra oferta que con el resto de los competidores”, argumenta y detalla Battan.

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Comenzar un proceso de transformación digital no requiere de grandes inversiones tecnológicas y tampoco nos garantiza resultados milagrosos. Simplemente cuando comenzamos a pensar en términos de una “Transformación Digital”, tenemos que realizar una introspección de nuestra empresa para ver cuáles son las oportunidades que nos ofrece la tecnología emergente o tecnologías ya maduras (pero no implementadas aun por nuestra industria), para cambiar el statu quo de nuestra organización. “La profundidad de los cambios, la inversión realizada, la madurez digital de nuestros recursos humanos y la capacidad de cambio de nuestra organización serán los que determinen el beneficio que la transformación digital le pueda traer a nuestra organización”, argumenta.

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RESULTADOS

¿Qué esperar si empezamos en este camino? Aquí el especialista es claro y asegura que los resultados obtenidos dependerán de múltiples variables: de cuán asertivos hayamos sido en el diagnóstico inicial, cuán madura este nuestra organización para adoptar estos cambios, la preparación que hagamos de los recursos humanos para aprovechar los cambios que generaremos y, por último, de la tecnología que implementemos. “Luego de ejecutado el proceso transformacional llegarán los cambios que, en muchos casos, serán un crecimiento organizacional; en otros, se verán como una profesionalización de la forma en que la organización trabaja; en otro lo veremos como la reinvención organizacional. Y también habrá casos que solo nos muestren la posibilidad de seguir sobreviviendo en un mercado que la única constante que demuestra es su capacidad de cambiar permanentemente sus modelos organizacionales y sus economías. Quizás el solo hecho de seguir subsistiendo ya lo podamos considerar un gran cambio y una ganancia para nuestra organización producto del proceso de transformación organizacional”, detalla.

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MUNDO PYME

Según Battan, las pymes no solo necesitan repensarse, están obligadas a hacerlo ya que la competencia dejó de ser las otras empresas de la zona que se dedican a nuestro rubro. Ahora el cliente tiene acceso al comercio global y demanda productos o servicios como los que se consumen en cualquier otra parte del mundo. Esto nos obliga a repensarnos, a poner al cliente en el centro de nuestras organizaciones, conocerlo a través de los datos y hacer que la experiencia de es usuario genere valor comunicacional y aumente el valor de nuestra imagen como empresa. “Las pymes, por su tamaño y especialización, son empresas muy exitosas en los procesos de transformación digital ya que tienen mucho conocimiento y dimensiones pequeñas que permiten llevar adelante los cambios. Solo deben tener en cuenta que si no se logra modificar la cultura organizacional (suelen ser muy fuertes y arraigadas en las pymes), no será factible que el esfuerzo del cambio perdure en el tiempo y genere resultados exponenciales como promete el slogan de la transformación digital”, concluye.

En la próxima nota, descubrimos en qué instancia de madurez digital estamos y cómo podemos ir logrando nuestro objetivo.