Mucho se habla, pero de qué se trata.
DIAGNÓSTICO Y SÍNTOMAS
Como explica Pedreira el diagnóstico se efectúa mediante un test en el aire espirado. ¿Qué es esto? Un test en el aliento que se le realiza al paciente previa ingesta de azúcares que metabolizan las bacterias. De esta manera se pueden medir los gases de metabolización bacteriana en el aliento del paciente y se puede evaluar si existe o no contaminación en el intestino delgado, floras metanógenas o floras hidrogénicas. “En base a esto vamos a poder ayudar a los pacientes con el uso de antibióticos de efecto local para su corrección y posterior estudio de las causas para evitar que se repita”, detalla y aclara que este test se efectúa hace mucho tiempo. El SIBO no es nada nuevo, el punto es que hoy es más conocido no solo por los especialistas sino por el resto de los médicos clínicos, los médicos especialistas en nutrición y los licenciados en nutrición. “Se habla más porque al aumentar el pedido de este estudio, aumenta el diagnóstico de la población que lo tiene”, afirma.
En cuanto a los síntomas, Pedreira aclara que son variados, pero que en su mayoría los pacientes se quejan de distención abdominal, con o sin dolor, tendencia al cambio de consistencia de la materia fecal (más hacia heces blandas en forma permanente o intermitente y cambio de la coloración de estas). Además, a veces se refiere sensación de plenitud luego de la ingesta y pérdida de peso, como síntoma menos frecuente.
“Se trata de una situación incómoda que, si no se sospecha y no se evalúa mediante el test, lleva meses sin resolverse y altera la vida diaria. No es un síntoma grave, en general es una molestia que puede ser permanente o intermitente y que no debe asustar a quienes lo padecen. Esto no es una infección: es un crecimiento en más de las bacterias que habitan en nuestro intestino delgado, que generalmente tiene una flora bacteriana menor que el intestino grueso”, explica la especialista.
TRATAMIENTO
El tratamiento es fácil y se evalúa de acuerdo con la flora que se encuentre en el test. Se utilizan tratamientos con antibióticos de acción más local y posteriormente lo más importante es la corrección de la causa que produjo este aumento. También se recomienda efectuar una dieta equilibrada y adaptada a la patología de cada paciente, mejorar la motilidad intestinal para evitar que los residuos estén mucho tiempo en contacto con las bacterias, hidratarse bien y hacer actividad física para mejorar el vaciamiento intestinal.