PLAN VERANO

De fines de diciembre a principios de marzo se da el pico máximo de rotación por vacaciones. Los trabajadores se toman su descanso anual y las pequeñas y medianas empresas se enfrentan a un desafío: cómo pasar el verano sin sufrir las consecuencias que puede acarrear la falta de personal. Según explica Cecilia Rodríguez Casey, licenciada en Psicología y directora de la consultora Rodríguez Casey & Asociados, el verano supone varios cambios y movimientos, que según como se afronten y planifiquen, pueden ser positivos o, todo lo contrario: generar malestar, estrés y problemas de distinta índole.

Ante esta situación: ¿Cómo elaborar un plan de verano adecuado? ¿Qué hay que tener en cuenta? ¿Cuáles son los pasos por seguir? “Es muy importante que toda empresa -pero sobre todo las pymes quienes tienen recursos en general más acotados y una estructura sin reemplazos– no diseñe sus procesos centrados únicamente en las personas. Esto implica claridad en métodos de trabajo, escribir todo lo importante referido a procedimientos, comunicarlos y compartir desde un enfoque de trabajo en equipo todos los temas a resolver, tanto rutinarios como posibles imprevistos. De este modo si alguien que realiza una tarea, por ejemplo, de facturación o selección de personal, está de vacaciones la empresa no dejará de facturar o incorporar personal. Lo seguirá haciendo, pero con otros responsables ya capacitados en dichos procesos que seguirán, aunque con su sello personal, las normas y pautas de ese rol en particular, sin postergaciones y sin afectar el funcionamiento de la empresa”, detalla Casey.

En contrapartida, cuando esto no sucede no solo se producen atrasos y hasta pérdidas en la empresa, sino un gran malestar en quien al volver de sus merecidas vacaciones se encuentra que luego de un descanso, incluso a veces breve, le espera una semana intensa con el trabajo acumulado. “Eso afecta el clima laboral y los niveles de bienestar de los colaboradores. La idea es poder prevenir todas estas consecuencias a través de una buena planificación”, amplía Casey.

Y este mismo concepto de planificación se aplica al dueño o jefe de la pyme. “Todo jefe o dueño debe tener una o más ‘manos derechas’ según el tamaño de la empresa. Es poco común que las empresas puedan dejar de funcionar o producir porque no está la cabeza de la empresa (y en tiempos de crisis, menos aún porque no hay margen financiero suficiente). Es deseable que no todo recaiga en una o dos personas, aunque ellos tengan la máxima responsabilidad por su cargo o por ser dueños”, explica Casey.

Por último, la especialista aclara que todos necesitamos cierta desconexión y aún en personas muy proactivas e hiperconectadas con su negocio esta necesidad es saludable y debe implementarse en resguardo de la salud general y el bienestar que redundan en beneficios también para la empresa.

 

BUENAS PRÁCTICAS. BUENOS RESULTADOS.

• Definir procesos, roles y responsabilidades con claridad.
• Planificar y capacitar con anticipación para que al momento de delegar el proceso no se realice a medias con la seguridad de que se cometan errores. Y que luego al regresar de vacaciones, deberán ser resueltos por el responsable del área.
• Que los colaboradores, aunque tengan tareas de su especialidad también aprendan las de otros compañeros. Esto permitirá no solo reemplazos durante las vacaciones, sino que se evita que ante una ausencia de un compañero se acumule trabajo.