CREATIVIDAD: ¡BASTA DE AUTOMÁTICO!

El mundo de los negocios pareciera que viene cada vez más estandarizado. Pasos automatizados, reglas y soluciones prefabricadas que un gurú bestseller comparte. Y en ese camino, la creatividad –habilidad clave si las hay– va siendo opacada. ¿Cómo podemos hacer para corrernos de ese lugar? ¿Cómo fomentar la creatividad? Para Matías Posse, Agile Coach y Consultor en transformación digital, lo primero es que las organizaciones comprendan que no existe una fórmula para ser creativos. Hay muchas que buscan la fórmula tipo “Coca-Cola” para cambiar y transformarse y ser super innovadoras, cuando no existe tal. Y a su vez creen que empleando mecánicas ágiles como Design Thinking, ya están siendo ‘distintos’. Craso error.  “Gijs Van Wulfen describe en su libro ‘Innovation for inspiration’ el top 9 de momentos Eureka de las personas –se dice momento Eureka cuando a una persona se la ocurre una idea–, y allí remarca que solo el 0,6% de estos momentos suceden en el trabajo. Es un número que no puedo borrar de mi mente porque sigo viendo continuamente organizaciones forzando a sus talentos a ser creativos de 15 a 16 horas en una reunión, como teniendo la garantía de que, si de 15 a 16 se hace Design Thinking, seguro van a innovar. Lamentablemente, no ocurre así”, ejemplifica y detalla Posse.

Es preciso entender que la creatividad no se puede forzar, solo podemos favorecerla. Y una forma de no matarla es entender que para que las personas puedan crear debemos darle espacio. “Las personas creativas necesitan mucho tiempo ocioso. Ahí es cuando ocurre la creatividad. El top 1 de momentos Eureka es LA DUCHA. Luego, le siguen: caminar, andar en bici, charlar con amigos, estar solo, en el gimnasio, estar manejando. Entender que las personas necesitan confianza, espacio y tiempo para poder ensayar creatividad es de los puntos más complejos a cambiar en las organizaciones”, argumenta Posse.

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FAVORECIENDO LA CREATIVIDAD

Cómo explicamos más arriba si bien la creatividad no es una fórmula por aplicar, hay ciertas pautas que pueden fomentarla. Posse comparte algunos consejos:

1. Mantenernos siempre actualizados; sumar nuevas tecnologías.
2. Tener una mentalidad exploradora, de constante mejora.
3. No intentar reinventar la rueda si no es necesario. Hoy en día existen muchísimas soluciones que podemos incorporar como base y potenciarlas o mejorarlas.
4. Despejar un poco el mito de ser creativo. “Muchos piensan que Steve Jobs o Elon Musk tuvieron éxito porque pensaron una idea y la pegaron. Nada más incorrecto que este pensamiento lineal. Todo aquel que tuvo éxito con una idea puede dar fe de que se necesita ir probando y probando hasta encontrarla, no es que la innovación nace de una idea, se desarrolla y listo. Hay que dedicarle tiempo, poder hacer frente a que las pruebas den mal, entender qué corregir y qué conviene priorizar de cara a la necesidad del cliente”, argumenta el especialista.

Por otro lado, Posse menciona un punto interesante para reflexionar sobre lo que sucede muchas veces en las distintas organizaciones donde se crean laboratorios de innovación y se concentran allí muchos talentos en los que se apoya la creatividad de la empresa. “Esto no está mal, pero creo que debemos tener cuidado. Cualquiera en una organización puede ser creativo y si aislamos a los denominados ‘creativos’ a veces se puede tomar como un mensaje de que del resto no se espera creatividad. Por eso, es importante desarrollar una cultura donde cualquiera pueda crear e idear, sin importar su rol, jerarquía, seniority o antigüedad en la organización. Esto es fundamental para lograr el aporte del 100% de los talentos de esta”, argumenta.

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FUERA DE LA CAJA

¿Cómo motivar a todos los equipos a pensar fuera de la caja? Según Posse, desarrollando confianza, capacitando en nuevas formas de pensar ideas y de llevarlas adelante. También entender que no hay que llevar adelante completamente las ideas para lanzarlas. Podemos, por ejemplo, aplicar la filosofía LEAN para creación de productos. Esta puede favorecer los tiempos de impacto en el mercado y puede generar beneficios en el costo de desarrollo. Cuanto antes sacamos la idea al mercado, por más que no sea perfecta, antes nos podemos dar cuenta si estamos por el camino correcto o debemos encarar algo nuevo. Además, esto se traduce en menos tiempo, menos costo y feedback más rápido de clientes. “Pensar siempre en beta (de forma experimental) ayuda a dar lugar a algunas ideas que si las pensáramos muy en grande podrían abrumarnos y dejarnos sin saber por dónde arrancarlas”, explica.

Otra punto que destaca Posse es que no tiene que importarnos que la idea se haya hecho alguna vez y no haya funcionado. Si hay algo diferente, si se puede ejecutar de otra manera y quizá tener impacto, por qué no volver a probarlo. También, saber que algunas ideas van a chocar con la cultura de la organización, e insistir con argumentos sólidos y datos es fundamental para poder romper algunas estructuras culturales que sin darnos cuenta pueden reducir el campo de creatividad de los talentos.

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TODOS PODEMOS

Para el especialista todas las personas podemos ser más creativos, es cuestión de querer serlo y de entender que la creatividad es como un músculo que se ejercita y practica. Una buena manera de ejercitarla es buscar formas de asociarse con detalles que hagan que nuestro entorno laboral –nuestra casa, oficina, bar o café donde trabajemos– nos haga sentir cómodos. “Hace muchos años, cuando trabajaba en agencias creativas veía mucho juguete en los escritorios. Al poco tiempo leí que esos juguetes ayudan a los adultos a asociarse más con su lado infantil y los niños no tienen las estructuras que desarrollamos los adultos. Por ende, esto colabora con la generación de ideas. Intentar desmitificar que el trabajo es algo muy serio como para divertirse mientras lo hacemos, ayudaría mucho a la creatividad de las personas”, argumenta.

Por eso, si combinamos algunas de estos puntos con una agenda de trabajo balanceada para poder crear y también tener un tiempo personal, podemos estar generando una cultura que favorezca mucho más la innovación. A su vez, colabora reducir la presión en las personas para que además de las mil cosas que hacen por día, sean creativos e innovadores. “Como dije al principio, no existe una fórmula, solo podemos intentar hacer cosas para favorecer la creatividad y fomentarla”, concluye.

 

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