Ignorar a las personas por mirar el celular.
EL PHUBBING Y LAS RELACIONES INTERPERSONALES
Desde una mirada clínica, el phubbing genera una ruptura en el lazo social. La comunicación se interrumpe y se produce un desenganche afectivo, por lo menos de la persona que tenemos enfrente. La persona que es ignorada puede sentirse desplazada, poco valorada e incluso humillada. Sin embargo, para la especialista es importante considerar qué es lo que se está haciendo con ese celular. “Por ejemplo, se habla mucho de que los adolescentes están ‘aislados’ con el celular. Sin embargo, ellos están haciendo lazo social a través de redes o de videojuegos. Y que su forma de vincularse sea ‘virtual’ no la hace menos real. Creo que la verdadera pregunta que tenemos que hacernos es justamente ¿Qué está haciendo la persona con el celular?”, explica. Y agrega que hay que tener en cuenta que el uso compulsivo del celular puede estar relacionado con otras problemáticas como ansiedad, insomnio o dificultades en la concentración.
Por todo lo expresado Pasquali nos invita a preguntarnos: ¿Qué rol está ocupando esa acción en la economía psíquica y libidinal? ¿Estamos hablando de un uso problemático del celular? ¿De nuevos lazos sociales igual de estables y duraderos que los presenciales que haya que investigar? ¿Es necesariamente un desinterés hacia la persona que tenemos enfrente?
CONSECUENCIAS DEL PHUBBING
¿Cuáles son los efectos negativos o los riesgos de esta conducta? Según explica Pasquali, el phubbing deteriora la calidad de los vínculos. Cuando esta conducta se vuelve habitual, las personas pueden sentirse ignoradas, desplazadas o poco valoradas, lo que afecta la confianza y el sentido de cercanía emocional. A largo plazo, puede contribuir al distanciamiento afectivo, al aumento de conflictos interpersonales y a la disminución de la satisfacción en las relaciones. “No se trata solo de un gesto aislado, sino de un hábito que, si se sostiene en el tiempo, puede impactar tanto en la salud mental como en la construcción de lazos saludables” argumenta.
La especialista explica que a nivel individual, tanto quien realiza phubbing como quien lo recibe pueden experimentar consecuencias psíquicas. Para el que ignora al otro, el celular funciona muchas veces como un refugio frente al malestar, una vía de escape de ciertas angustias o incluso podría pensarse en una cuestión autoerótica: yo le digo al celular que me gusta y el algoritmo me devuelve exactamente lo que quiero ver, haciendo que tenga una retroalimentación constante de mis opiniones y gustos a tal punto de llegar a ignorar que existen otras perspectivas, visiones y opiniones. “Y para quien es ignorado, puede haber sentimientos de rechazo, frustración, inseguridad o baja autoestima. En ambos casos, se afecta el equilibrio emocional y puede intensificarse el aislamiento social”, argumenta.
CÓMO BUSCAR EL EQUILIBRIO
Siempre se puede hacer algo para buscar mejorar el bienestar emocional de todos. Para Pasquali lo primero es poder hablar del tema de manera abierta: preguntar, indagar… A veces quien realiza phubbing no es plenamente consciente de su conducta. También ayuda establecer acuerdos dentro de la pareja o el grupo familiar respetando la necesidad de cada uno de estar conectado, pero sin que eso se vuelva una barrera en el vínculo. “Acordar espacios libres de tecnología, como las comidas o ciertos momentos compartidos, es una estrategia concreta, pero de mucho riesgo si la persona que realiza el phubbing tiene alguna problemática de salud mental ya que sacarle el objeto podría llegar a descompensarlo. Por eso, cuando el uso del celular empieza a ser una fuente constante de conflicto o malestar, puede ser útil consultar con un profesional”, concluye.