SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS

SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS

Cerca de tu Negocio  -  27/11/2024

De qué se trata y cómo se diagnostica.

¿Alguna vez escuchaste hablar del síndrome de las piernas inquietas? Si bien es uno de los trastornos del movimiento más comunes, quienes lo padecen tardan varios años en ser diagnosticados. ¿De qué se trata? ¿Por qué se produce? Como explica la Dra. Anabel Chade, Jefa de la Clínica de Parkinson y enfermedades relacionadas de INECO, es un síndrome sensitivo motor que afecta las piernas o brazos (principalmente piernas) y en el cual el paciente siente una necesidad de mover estos miembros en respuesta a una sensación de discomfort (incomodidad). Fue descripto por el Dr. Willis en el año 1685 y luego publicado por el Dr. Ekbom en el año 1960. A pesar de que este síndrome se conoce desde hace varios años no es diagnosticado con frecuencia y las personas deambulan años por distintos profesionales antes de tener un diagnóstico preciso.


SÍNTOMAS Y SU IMPACTO EN LA CALIDAD DE VIDA

Chade explica que las personas que lo padecen describen distintos síntomas irresistibles como sensación de ardor, hormigueos, electricidad, sensación de insectos que caminan por las piernas, agua que corre… “Todos estos síntomas tienen un ritmo circadiano y empeoran durante el atardecer y la noche. La persona los padece cuando está en reposo, sentada o acostada y, en general, ocurre en las dos piernas”, se explaya. 

Lo que no hay duda es que este síndrome puede afectar severamente la calidad de vida del paciente. ¿Cómo afectan los síntomas al estilo de vida? Algunas personas no pueden realizar actividades sociales o laborales dada las dificultades que presentan en reposo. Pueden tener los síntomas durante un viaje prolongado, cuando van al cine o al teatro, por ejemplo. Además, afecta el descanso de la persona y puede producir insomnio o somnolencia diurna excesiva. “A veces son los propios trastornos del sueño que llevan a la persona a consultar al médico y donde se termina diagnosticando”. 

También este síndrome se puede acompañar de trastornos anímicos como ansiedad o depresión. Algunos pacientes presentan trastorno de déficit de atención e hiperactividad. En resumen, afecta negativamente la calidad de vida de quien lo padece.


DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Cómo dijimos al principio, muchas veces el paciente realiza múltiples consultas durante años con diferentes especialistas antes de tener un diagnóstico adecuado. “Es importante el interrogatorio del paciente que nos contará que siente una sensación de molestia irresistible en las piernas, que tiene la necesidad de moverlas, que esta sensación le produce un importante discomfort y que alivia temporalmente cuando camina, estira o mueve las piernas. Se puede también realizar un estudio de sueño, una polisomnografía, para evaluar si aparecen movimientos periódicos de las piernas durante esta etapa que pueden ser parte del mismo cuadro. Son movimientos que la persona presenta cuando duerme; movimientos involuntarios que el paciente no se da cuenta que los tiene”, detalla la especialista. 

Y a su vez asegura que es importante hacer el diagnóstico diferencial con otras enfermedades como problemas venosos, neuropatías, artritis, otros movimientos anormales para que el paciente reciba un tratamiento adecuado. 

¿Qué tratamientos farmacológicos pueden ayudar? Chade aclara que si el síndrome afecta la calidad de vida del paciente se le pueden indicar medicamentos agonistas de la dopamina para mejorar los síntomas. Y explica que existen también otras drogas como anticonvulsivantes u opioides que se pueden indicar si el paciente no mejora. Incluso se puede indicar medicamentos que suplementen el hierro, si el médico infiere que esta es una de las causas. 

En cuanto a hábitos, explica que factores como la ingesta de alcohol, café y tabaco empeoran los síntomas. Además, enfatiza en la importancia de realizar ejercicio de forma regular. “Es importante consultar a un médico especialista –que puede ser un neurólogo– para que la persona tenga un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado para mejorar la calidad de vida”, concluye.

EN NÚMEROS…

  • Estudios realizados en Estados Unidos y Europa revelan que entre el 10 y 20% de las personas pueden presentar este síndrome. 
  • En la Argentina la prevalencia es del 20%. Y en estudios realizados por consultas de sueño la prevalencia puede ser 35-40% de los pacientes.
  • Puede aparecer en niños con una prevalencia del 7.7% de las consultas por trastornos de sueño. 

 

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