CHEQUEO… ¡A LA VISTA!

CHEQUEO… ¡A LA VISTA!

Calidad de Vida  -  05/10/2018

Controles y cuidados para tener ojos sanos toda la vida.

La vista es uno de los sentidos más preciados que tenemos las personas. Con nuestros ojos observamos y “sacamos foto” de todo lo que sucede a nuestro alrededor: leemos, miramos, conectamos con el otro. Son nuestros aliados fundamentales para desenvolvernos con eficacia en nuestras tareas diarias.  Por eso desde que nacemos y a lo largo de toda la vida debemos realizarnos chequeos oftalmológicos para cuidar a los ojos como se merecen. “El primer control se debe hacer en el recién nacido, dentro del primero o segundo mes, para descartar enfermedades graves para la salud visual o general. El segundo control, a los 6 meses. Y si en la familia hay antecedentes oftalmológicos debe realizarse un nuevo chequeo a los 18 meses. En caso de no tener antecedentes familiares, el tercer control se debe hacer a partir de los 3 años, y un control anual hasta finalizar el ciclo escolar. Entre los 17 y los 49 años, si no hay ningún problema en la vista, se debe realizar un examen cada 2 o 3 años; si hay algún tipo de patología, se debe realizar un control una vez por año (o según determine el profesional). A partir de los 50 años, el chequeo oftalmológico es anual, no obstante, los pacientes con algún tipo de enfermedad ocular pueden requerir controles más frecuentes”, detalla Walter Degregori, Cirujano Oftalmólogo y encargado de la residencia de Oftalmología del Hospital Alemán. Y agrega: “es prioritario, crear conciencia sobre la importancia de los exámenes de la vista, para reducir la ceguera evitable y la discapacidad visual grave”.

 

¡A CHEQUEARSE!

El chequeo en consultorio con el oftalmólogo es la única manera de prevenir o detectar en una fase temprana cualquier enfermedad que pueda comprometer el estado de la visión y la salud de los ojos. “El examen oftalmológico completo es un procedimiento indoloro que incluye una serie de chequeos con distintos aparatos para determinar: la visión (tanto de lejos como de cerca); la necesidad del uso de anteojos; el estado de las distintas estructuras anteriores del ojo (párpados, conjuntiva, córnea, iris y cristalino); la relación y coordinación entre ambos globos oculares; la presión de la vista (fundamental porque en general no da ningún síntoma), y el estado de la retina, de la mácula y del nervio óptico con el llamado fondo de ojo. A partir de estos exámenes, el profesional podrá solicitar pruebas adicionales con otras técnicas si lo considera necesario”, detalla Degregori.

Entre los problemas más frecuentes de los ojos, que implican la necesidad en general de alguna corrección óptica como anteojos o lentes de contacto, se encuentran: la Miopía (ver mal de lejos); Hipermetropía (esfuerzo visual de lejos y de cerca); Astigmatismo (ver distorsionado con “fantasma”); y la Presbicia (dificultad para ver de cerca pasado los 40 años). Luego, hay otras enfermedades o patologías de la visión como conjuntivitis (congestión o enrojecimiento de la conjuntiva); glaucoma (presión alta en la vista); cataratas (pérdida de transparencia del cristalino, muy frecuentes pasados los 60 años); maculopatía (enfermedad de la mácula relacionada con la edad) y el desprendimiento de retina. Para la detección de todas las patologías es clave el chequeo y “acudir siempre a consulta cuando aparezca cualquier molestia ocular que no cese o no se resuelva; ojos rojos o congestivos, alteraciones de la visión de cerca o de lejos; pequeñas sombras, puntos o hilos que flotan en nuestro campo visual y destellos de luz periféricos o halos alrededor de las luces. También debemos consultar si notamos algo que no es normal en los ojos (mancha, bulto, secreción, etc.); si se presentan dolores de cabeza en forma permanente; en caso de enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial; y si hay antecedentes de enfermedades graves de los ojos en la familia”, concluye Degregori.

 

TECNOLOGÍA Y VISIÓN

El uso de distintos dispositivos como tablets, celulares, computadoras o televisión ocupa gran parte de nuestro día, y esto trae ciertos problemas oculares. Degregori destaca:

  • Disminución del parpadeo. La atención visual requerida por estos dispositivos (en especial los que se usan a corta distancia) disminuye el parpadeo, lo que trae aparejado la disminución de producción de lágrimas y el consecuente ojo seco. Es fundamental obligarnos a parpadear más.
  • La luz disminuye la producción de melatonina (hormona inductora del sueño), por lo cual es recomendable no usar estos dispositivos unas horas antes de ir a dormir.
  • La visión de cerca, especialmente en jóvenes, produce contracción de un músculo que permite la posibilidad de ver de cerca enfocado (acomodación).  La prolongada actividad de cerca hace que este músculo quede contracturado. Es importante entonces, cada 20 minutos de trabajo, mirar por 20 segundos un objeto a más de 6 metros y aprovechar ese tiempo para levantarse y estirar piernas, brazos y espalda.
  • En los niños que están en etapa de desarrollo visual, realizar actividades equilibradas entre la tecnología y la recreación al aire libre. Está probado que la miopía es más frecuente y progresa en los niños que realizan en su mayor parte del tiempo actividades de visión a corta distancia (lectoescritura o dispositivos electrónicos). Además, la luz solar estimula la producción de ciertos neurotransmisores, entre ellas la dopamina, que detiene el agrandamiento del ojo producto de la miopía.

 

PROTECCIÓN OCULAR

En el ámbito laboral donde la tarea lo requiera, es clave el uso del Elemento de Protección Ocular para proteger los ojos de los factores externos a los que puede estar expuesto el trabajador.

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